viernes, 10 de enero de 2014

Metagenealogía. Libro de Alejandro Jodorowsky



La metagenealogía parte de la premisa de que determinados traumas y comportamientos inconscientes se transmiten de generación en generación, por lo que para que un individuo tome conciencia de ellos y pueda desligarse de los mismos es necesario que estudie su árbol genealógico.

El maestro Alejandro Jodorowsky lleva más de 35 años investigando y descubriendo los secretos del árbol genealógico. Es autor de muchos libros, entre ellos, junto a Marianne costa, del que dá título a esta entrada.

A continuación algunos estractos de esta gran obra:

El incosnciente familiar interactúa con el personal, para lo bueno y para lo malo.

Lo racional colabora con lo irrracional. La clarividencia significa más intuición que lucidez. Se trata de equilibrar el hemisferio cerebral derecho con el izquierdo. Hay que enseñar al intelecto el lenguaje del inconsciente.

Hay que emprender el camino de la reconquista de tu verdadera identidad. Para ello hay que estudiar el árbol y reflexionar sobre tu propio destino.

Apoyándome en el tarot trabajo sobre el yo, descubriendo cosas ocultas e insanas en el inconsciente para transformarlas y sanarlas. Es un trabajo "alquímico".

Es esencial tomar conciencia y comprender los elementos del pasado que nos han formado.

La metagenealogía es la utilización del árbol genealógico como arte, terapía y búsqueda de nuestro ser esencial. Nuestro ser esencial es independiente de nuestra herencia. 

Tienes una consciencia cósmica, no compuesta de experiencias pasadas sino de posibilidades futuras.

En nuestro cuerpo se anidan recuerdos de la infancia, incluso del periodo fetal, aceptaciones, rechazos y residuos psíquicos de diferentes miembros de nuestra fammilia.

La Psicomagía, utilizada como terapía para sanar, consiste en escenificar poeticamente en la vida cotidiana un acto curativo, semejante a un sueño, para liberarse de un bloqueo inconsciente. Asi como el inconsciente acepta los placebos, también acepta los actos metafóricos. Las pulsiones no se resuleven sublimándolas sino realizándolas de forma simbólica. Sacándolas afuera para que no se queden dentro.

Un médico comprende los problemas biológicos, pero carece de las técnicas necesarias para captar los valores sublimes sepultados en cada individuo.

Para sanar es necesario liberarse de lo que otros han querido que seas y seas lo que en verdad eres. Hay que ser consciente de que no eres un individuo aislado sino el fruto de al menos 4 generaciones de ancestros.

No hay que eliminar  a ningún familiar del árbol, sería como eliminar un miembro u órgano de nuestro cuerpo. Hay que integrar el pasado en el presente y asimilar que todo lo que pasó fue útil, todo tuvo una razón de ser.

Toda enfermedad proviene de una orden que hemos recibido en la infancia obligándonos a realizar lo que no queríamos o a una prohibición que nos obligó, y aún obliga, a no ser lo que en realidad somos o quisimos ser.

Somos portadores de los conflictos no solucionados de nuestro árbol y eso se manifiesta en nosotros como chivo expiatorio haciéndonos sufrir, impidiéndonos amar, tener relaciones sexuales, realizarnos... en definitiva, ser felices.

En muchas familias religiosas, se bloquea la creatividad porque está asociada al diablo. El inconsciente familiar guarda el recuerdo de la caza de brujas.

Ayudar a otro a sanar supone no sólo comprender de qué sufre sino también poner a su alcance los elementos necesarios que le permitan el cambio necesario para hacerlo.
 
Todo individuo es producto de dos fuerzas, una imitadora  y otra creadora. Una dirigida por el grupo familiar/social y otra por la conciencia universal. Las almas creadoras son escasas, las imitadoras forman legiones. Las primeras debe aprender a comunicar y sembrar sus valores, las segundas deben primero liberarse.

Como el cerebro tiende a cumplir las predicciones, estas, transformadas por el incosnciente en órdenes, actúan sobre la vida del individuo como maldiciones que exigen ser realizadas.De esto hay que liberarse.

El estudio de la genealogía es, esencialmente, una "comprensión" de la pareja humana.

El tarot sirve como herramienta para "pensar". Sus estructuras nos permiten una concepción del ser humano valiosa para nuestro estudio genealógico. Su numerología evolutiva nos permitirá ver los estancamientos. El primer paso para ajustar y orientar nuestros 4 centros (emocional-copas, fisico-oros, creativo-bastos e inteligencia-espadas) hacia un objetivo determinado, es identificar qué es lo que ha reemplazado a cada centro. Cuando se empieza un trabajo sobre el yo es muy útil preguntarse cuáles de estas desviaciones son predominantes en nosotros. Así podremos estudiar cómo nuestro árbol los ha producido.

El trabajo sobre un árbol genealógico es comparable a una práctica artística. El "arbólogo" no debe ser forzosamente un terapeuta diplomado. Conviene elegir como elegiríamos un profesor de música o de artes marciales. Lo más importante es el arte que manifieste en ser, como persona, ella misma.

Rechazo el término paciente porque me parece reservado al dominio médico y porque infravalora a la persona deseosa de realizarse.Un paciente (por esencia pasivo) no puede curarse, ya que espera que su salud le sea devuelta por un médico o un charlatán. En cambio un consultante es capaz de convertirse en su propio sanador. Sabe que su realización (encontrar la paz) depende de sus propios esfuerzos. Un terapeuta no debe comportarse como un orgulloso maestro, sino como un humilde guía.

Por último, una cita de Carl Jung:
"Las universidades han dejado de actuar como portadores de luz. La gente está saciada de la especialización científica y del intelectualismo racionalista. Quiere oir acerca de una verdad que no estreche sino que ensanche. Que no oscurezca sino que ilumine. Que no se escurra sobre uno como el agua, sino que penetre conmovedora hasta la médula de los huesos".







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario.